El cerebro es un órgano de aproximadamente 100 mil millones de neuronas, que en conjunto funcionan para proveer nuestra experiencia subjetiva de la realidad. La ciencia se ha encargado de investigar este sistema tan misterioso que hasta la fecha es poco lo que entendemos de esta máquina preciosa y es el objeto más complejo conocido en el universo.
Muchas disciplinas se han enfocado en mostrarnos de diferentes maneras las áreas cerebrales por las funciones de las que son responsables; entre ellas la neuropsicología nos da una perspectiva del cerebro en cuanto a la activación simultánea de diferentes áreas encefálicas dependiendo del estímulo que se presenta, esta perspectiva es la del Engrama.
Cada área del cerebro tiene una función específica, y cuando la función se ejecuta, intrínsecamente el área responsable se encuentra activa. Dependiendo la situación o evento, el área que sea requerida será activada. Un engrama es una estructura de interconexión neuronal, es decir, es el conjunto de áreas que se activan en determinada actividad.
Los engramas funcionan con cualquier clase de actividad —no solamente en las cognitivas—, sin embargo, en neuropsicología se considera su importancia ya que señala las conexiones de diferentes áreas encefálicas que se activan por algún patrón de percepción, concepción y/o comportamiento.
Por ejemplo, digamos que cumples alguno de los siguientes patrones de comportamiento:
Ej. 1
- Ves un perro.
- Te causa alegría.
- Caminas hacia el perro.
- Lo acaricias.
Ej. 2
- Un cliente molesto te aborda.
- Sientes que no tiene razón.
- Le aclaras y lo calmas.
- Cuando se va, rezongas.
Ej. 3
- Vas al banco.
- Ves la larga fila.
- Te aburres.
- Te pones a pensar en las deudas.
Cada ejemplo representa un engrama, y cada uno de sus pasos son las áreas involucradas en el engrama; sin dejar al lado aquellas otras áreas encargadas de la mecánica del cuerpo, como el movimiento de tus pies y tus brazos relacionados con la actividad que hacías.
Para ser precisos, en todo momento hay un engrama activado.